domingo, 17 de diciembre de 2017

LA HORA DEL CAMBIO. Una sátira política que te hará pensar



FICHA TÉCNICA
Título original: L'ora LegaleAño: 2017. Nacionalidad: Italia. Director: Ficarra e Picone. Actores: Ficarra, Picone, Vincenzo Amato, Antonio Catania, Sergio Friscia, Eleonora de Luca. Guionista: Edoardo de Angelis, Ficarra, Nicola Guaglione, Picone, Fabrizio Testini. Música: Carlo Crivelli. Producción: Tramp Ltd., Medusa Film. Género: comedia. Duración: 88 min. Calificación por edades: para todos los públicos. Fecha de estreno: 11/04/2017.

SINOPSIS
En Petramare, un pequeño pueblo ficticio de Sicilia, están cansados de Patanè, que ha sido su alcalde durante muchos años. Están acostumbrados a vivir con corrupción, con basuras tiradas por las calles, con socavones en cada calzada y excrementos de perro en cada acera y con un aire altamente contaminado por la fábrica del pueblo. Por tener, tienen hasta un puerto al que no llega ni un barco. Ha llegado la hora del cambio. En las siguientes elecciones eligen al otro candidato, Natoli, quien resulta ser un alcalde realmente honrado y estará dispuesto a aplicar todas las normas. Pero, ¿realmente estamos preparados para tener políticos honrados?

CRÍTICA
Ficarra e Picone, un reputadísimo dúo cómico en Italia aunque poco conocido fuera de su país, se ponen delante y detrás de las cámaras para hacer reflexionar políticamente a sus conciudadanos, e indirectamente a los de medio mundo, a través de su último trabajo, La hora del cambio
Como ellos mismos dirán, la película nació de un hecho banal, de una conversación en un bar de Sicilia. En ella, un ciudadano se quejaba de la situación política que se está viviendo en el sur de la Península Itálica, a lo que otro le respondía que no toda la culpa es de los políticos, que a los ciudadanos también nos toca una parte no pequeña de responsabilidad. 
Aunque banal, ese diálogo hizo que Ficarra e Picone se dieran cuenta de que era hora de ofrecer a sus compatriotas un espejo en el que mirarse para poder ver los propios defectos, corregirlos y, entonces sí, tener más fuerza y más credibilidad a la hora de reclamar unos políticos honrados y honestos.
La película se ubica en Petrammare, un pequeño pueblo ficticio que los guionistas sitúan al sur de Italia. Aunque los ciudadanos ya están acostumbrados a aguantar la corrupción, aunque ya están habituados a que haya socavones es cada calzada, excrementos de perro en cada acera y basuras por todos lados, aunque sus pulmones están ya hechos a respirar el aire contaminado por los gases de la fábrica del pueblo, sienten que ha llegado la hora del cambio. Así que, en las siguientes elecciones, votarán mayoritariamente al otro candidato, que resultará ser un político realmente honrado y que tratará de cumplir y hacer cumplir absolutamente todas las leyes. Será entonces cuando queden al descubierto los incumplimientos de cada ciudadano y cuando reflexionen sobre si prefieren tener políticos corruptos pero poder defraudar ellos también o si prefieren tener políticos honrados y comportarse en consonancia. 
Quizás la sátira que hay detrás de La hora del cambio no nos llegue tan bien como a los ciudadanos italianos, puede que se pierda fuerza cómica al ser vista por unos ojos distintos para los que estaba destinada en principio la película -ya sabemos que cada cultura tiene un tipo de humor concreto y que es difícil a veces que sea entendido por otros pueblos-. Sin embargo, hay otra parte del largometraje que consigue traspasar las fronteras y convertirse en universal, "porque en todos los puntos del mundo existen ciudadanos que exigen honestidad y legalidad, pero en el momento en que tienen que renunciar a sus propios intereses, a sus ventajas, se lamentan" y acusan de malos políticos a aquellos que quieren recortar sus privilegios. 
Esperemos que germine la semilla y que a alguno de los directores nacionales les de por pasear por el Callejón del Gato para recuperar los espejos de Valle - Inclán 
-no muy alejados de esta película- y crear una versión castiza que sea tan bien acogida como esta cinta por los italianos. Hacer reflexionar a los demás nunca viene mal y La hora del cambio sin duda lo consigue. 



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