lunes, 11 de mayo de 2020

LA LEYENDA DEL BARRANCO DEL INFIERNO


David Urbano, Aida Cecilia Hernández, Beatriz Castellón


Al suroeste de la ya de por sí hermosa isla de Tenerife, existe un especular y pintoresco lugar que recibe el nombre de Adeje. 


Adeje, Tenerife, Barranco del Infierno, Beatriz Castellón



Adeje está rodeado de majestuosos y sombríos barrancos, que generan afiladas y profundas pendientes. Y, dominando todo el paisaje, se erige el barranco más grandioso e imponente en su aspecto: el Barranco del Infierno; el cual está rematado por una fascinante cascada y un gran monolito granítico. Ese mágico lugar está, además, horadado por numerosas cuevas que antaño fueron refugio de los guanches, los primeros moradores de las afortunadas islas. 





No es de extrañar que, ante la magnificencia del paisaje, Luis Salcedo, hijo de un juez extremeño destinado en la capital chicharrera, necesitara dar respuesta al origen de aquella increíble formación geológica. Y lo hizo creando la primigenia "Leyenda del Barranco del Infierno", publicada por primera vez en 1932 en “La Prensa”, un diario de aquella época. 
Hay quien dice que Salcedo mezcló un relato que le contó un pastor con fantasías provenientes de su imaginación; otras versiones dicen que “la leyenda fue ideada por completo por don Luis, sin ningún tipo de base sobre la tradición oral de la zona, como sí ocurre con otras leyendas aborígenes guanches prehispánicas”(1). Sea como fuere, lo cierto es que el escritor era ajeno a la cultura canaria y aquel primer relato adolece de algunas imprecisiones, tanto históricas como antroponímicas. 

La Prensa, Luis Salcedo, Octavio Rodríguez Delgado, Beatriz Castellón
La leyenda del Barranco del Infierno apareció por vez 
primera en el Diario "La Prensa" 
(Imagen original, blog de Octavio Rodríguez Delgado)
Quizás sea por ello por lo que la narración pasó inadvertida y cayó en el olvido hasta que hace unos pocos años el investigador Octavio Rodríguez Delgado la recogió en su blog, poniendo así en aviso al Grupo de la Escuela Municipal de Folklore de Adeje. Casualidades de la vida, el grupo de folkloristas estaba próximo a cumplir sus treinta años de existencia y querían celebrarlo de algún modo. Así que, tras barajar varias hipótesis, decidieron que su festejo consistiría en difundir la leyenda. Eso sí, intentando antes dotarla de realismo, credibilidad y concordancia histórica, con el objetivo de aumentar, además de su coherencia, su sensación de veracidad, tratando de eliminar por el camino aquellos aspectos que la hacían sentir foránea.

Con ese fin, le preguntaron a David Urbano, comunicador muy ligado a la difusión de la tradición y del folklore de Adeje, cómo podían llegar a la mayor parte posible del público. Él les sugirió crear un libro ilustrado y el resultado es esta nueva versión que tengo ahora mismo entre mis manos y que es un absoluto goce para los sentidos. 
Estéticamente, es un libro bellísimo. La sugerente portada realizada sobre cartoné es solo un ejemplo de la calidad de imagen que ofrece el interior. Dentro, algunas imágenes servirán como pórtico de un marco narrativo que no aparece relatado y que habla de cómo lo que es una excursión de escolares al Barranco del Infierno dará origen a que uno de los niños tenga una experiencia mística gracias a la cual podrá conocer la leyenda. El resto de los dibujos servirán de acompañamiento al texto, y en ellos el color será uno de los protagonistas, cambiando este junto con el devenir de la narración y pasando de tranquilos tonos pastel a otros de gran intensidad (negros, marrones, naranjas, rojos). En fin, se puede decir sin lugar a duda que el trabajo realizado por la dibujante Aida Cecilia Hernández es el fuerte del libro.
Algani Editorial, David Urbano, Aida Cecilia Hernández, Beatriz Castellón
Desgraciadamente, el texto, no me ha resultado tan atractivo como el original. Hacer una narración  asequible a todas las edades y que resulte atrayente para todos es extraordinariamente complejo. Y, en este caso, mi sensación es que el resultado ha quedado un poco descafeinado; sobre todo si lo comparo con el primero. A la leyenda original no solo se le han cambiado los nombres por unos más propios de esa cultura guanche, sino que se ha convertido el lenguaje en uno más sencillo y directo, perdiendo parte de la atmósfera que ayudaba a crear la sintaxis y el léxico más complejo de la anterior. Se han suprimido algunas partes, se han suavizado otras... Quizás el problema es que, al no ser canaria, no puedo apreciar con tanta precisión como alguien que sí lo sea todo lo que ha ganado el texto. Aunque sí es cierto que ahora lo podrá disfrutar un público más amplio, puesto que la leyenda original puede ser compleja de entender para algunos sectores de la población.  

No obstante, dicho lo anterior, tengo que decir que, cuando los peques de mi casa tengan unos 8 o 10 años me encantará sentarme con ellos y viajar, a través de esta historia de envidias, amores, celos y traiciones a esos tiempos donde los guanches poblaban el menceyato de Adeje y Ancor, digno sucesor del reinado de su padre, fue víctima de un malvado plan trazado por su hermano y su enamorada. Creo que ellos sabrán apreciarla mejor que yo. 

(1) La frase procede del prólogo del libro reseñado.

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