Título
original: Sandrome no
satsujin. Año: 2017. País: Japón. Director:
Hirokazu Koreeda. Actores: Masaharu
Fukuyama, Kôji Yakusho, Isao Hashizume, Suzu Hirose, Mikako Ichikawa, Izumi
Matsuoka. Guionista: Hirokazu
Koreeda. Musica: Ludovico Einaudi. Producción: Kaoru Matsuzaki, Hijiri
Taguchi. Género: Thriller. Calificación por edades: a partir de 12
años. Fecha de estreno: 27/10/2017
SINOPSIS
El conocido abogado Shigemori
defiende a Misumi, acusado de robo con homicidio, que ya cumplió pena de cárcel
por otro asesinato hace treinta años. Las posibilidades de que Shigemori gane
el caso son escasas ya que su cliente reconoce ser culpable, lo que
probablemente signifique la pena de muerte para él. Pero a medida que desentraña el caso y
escucha los testimonios del propio Misumi y de su familia, Shigemori empieza a
dudar de la culpabiblidad de su cliente.
CRÍTICA
La
última película del director Hirokazu Kore-eda comienza con una escena un tanto
inquietante. Misumi, un antiguo asesino que acaba de salir a la calle tras
pasar treinta años en prisión, se limpia la sangre de un nuevo crimen. En
teoría todo está claro: Misumi es culpable, lo hemos visto mientras asestaba el
golpe fatal y, además, se ha declarado autor confeso; así que la labor de sus
abogados defensores, Shigemori y sus compañeros, será únicamente librarlo de la
pena de muerte.
Se
abre aquí la primera parte de la película, una historia judicial en la que se
debate sobre la estrategia judicial que se llevará a cabo para la defensa del
reo y desarrollada en un ambiente demasiado oprimente. Todo pasa por demostrar
que no ha sido una muerte por motivos económicos e incluso que ha podido ser
encargada por la mujer del fallecido, pero mientras que unos abogados se toman
el trabajo como mero trámite, sin importarles lo que haya sucedido en realidad,
Shigemori tratará de entender los porqués y las circunstancias que se ocultan
tras este horrendo final y los motivos que hacen que no casen todas las piezas.
Pero
el letrado no tendrá fácil realizar su labor. La pasividad de algunos de sus
compañeros, las paradójicas acusaciones de la fiscalía sobre el papel injusto
que desempeñan algunos juristas, los remordimientos de su padre -casualidades
del destino, el juez que condenó a Misumi hace treinta años- por no haberle
condenado a la pena capital, quizás pudiendo haber salvado así una vida y un
preso que se empeña en cambiar continuamente de versión envolverán la acción en
un ambiente hostil, haciendo más pesadas aún unas dudas que Shigemori no
consigue resolver pese a los esfuerzos que pone en ello.
Finalmente
será la hija del difunto, una chica con un leve problema físico y uno de
conciencia bastante mayor, quien le aportará algunos datos que le faltan para
ver lo sucedido de otra manera. El relato se torna entonces mucho más
filosófico y se introduce en las conciencias de cada espectador. Será en ese
momento cuando Shigemori decida enfrentarse a un tribunal, tratando de hallar
una justicia que parecía perdida desde el primer momento. Sin embargo, más allá
de lo que diga el juez, será el público y su moral quien deberá encontrar sus
propias respuestas y dictar entonces su propio veredicto.
Lo mejor: La escena de la cárcel después de que Sakie haya aportado una nueva luz sobre el caso. El juego de cámaras, los interrogantes que siembra en el espectador, la brillante actuación de los dos actores... la convierten en una de las más subyugantes de todo el largometraje.
Lo peor: un inicio un tanto confuso que puede llegar a despistar al espectador.
Lo mejor: La escena de la cárcel después de que Sakie haya aportado una nueva luz sobre el caso. El juego de cámaras, los interrogantes que siembra en el espectador, la brillante actuación de los dos actores... la convierten en una de las más subyugantes de todo el largometraje.
Lo peor: un inicio un tanto confuso que puede llegar a despistar al espectador.
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