viernes, 17 de noviembre de 2017

EL TERCER ASESINATO. Una densa reflexión sobre la pena de muerte



FICHA TÉCNICA
Título original:  Sandrome no satsujin. Año: 2017. País: Japón. Director: Hirokazu Koreeda. Actores: Masaharu Fukuyama, Kôji Yakusho, Isao Hashizume, Suzu Hirose, Mikako Ichikawa, Izumi Matsuoka. Guionista: Hirokazu Koreeda. Musica: Ludovico Einaudi. Producción: Kaoru Matsuzaki, Hijiri Taguchi. Género: Thriller. Calificación por edades: a partir de 12 años. Fecha de estreno: 27/10/2017

SINOPSIS
El conocido abogado Shigemori defiende a Misumi, acusado de robo con homicidio, que ya cumplió pena de cárcel por otro asesinato hace treinta años. Las posibilidades de que Shigemori gane el caso son escasas ya que su cliente reconoce ser culpable, lo que probablemente signifique la pena de muerte para él.  Pero a medida que desentraña el caso y escucha los testimonios del propio Misumi y de su familia, Shigemori empieza a dudar de la culpabiblidad de su cliente.

CRÍTICA

La última película del director Hirokazu Kore-eda comienza con una escena un tanto inquietante. Misumi, un antiguo asesino que acaba de salir a la calle tras pasar treinta años en prisión, se limpia la sangre de un nuevo crimen. En teoría todo está claro: Misumi es culpable, lo hemos visto mientras asestaba el golpe fatal y, además, se ha declarado autor confeso; así que la labor de sus abogados defensores, Shigemori y sus compañeros, será únicamente librarlo de la pena de muerte.
Se abre aquí la primera parte de la película, una historia judicial en la que se debate sobre la estrategia judicial que se llevará a cabo para la defensa del reo y desarrollada en un ambiente demasiado oprimente. Todo pasa por demostrar que no ha sido una muerte por motivos económicos e incluso que ha podido ser encargada por la mujer del fallecido, pero mientras que unos abogados se toman el trabajo como mero trámite, sin importarles lo que haya sucedido en realidad, Shigemori tratará de entender los porqués y las circunstancias que se ocultan tras este horrendo final y los motivos que hacen que no casen todas las piezas.
Pero el letrado no tendrá fácil realizar su labor. La pasividad de algunos de sus compañeros, las paradójicas acusaciones de la fiscalía sobre el papel injusto que desempeñan algunos juristas, los remordimientos de su padre -casualidades del destino, el juez que condenó a Misumi hace treinta años- por no haberle condenado a la pena capital, quizás pudiendo haber salvado así una vida y un preso que se empeña en cambiar continuamente de versión envolverán la acción en un ambiente hostil, haciendo más pesadas aún unas dudas que Shigemori no consigue resolver pese a los esfuerzos que pone en ello.
Finalmente será la hija del difunto, una chica con un leve problema físico y uno de conciencia bastante mayor, quien le aportará algunos datos que le faltan para ver lo sucedido de otra manera. El relato se torna entonces mucho más filosófico y se introduce en las conciencias de cada espectador. Será en ese momento cuando Shigemori decida enfrentarse a un tribunal, tratando de hallar una justicia que parecía perdida desde el primer momento. Sin embargo, más allá de lo que diga el juez, será el público y su moral quien deberá encontrar sus propias respuestas y dictar entonces su propio veredicto.


Lo mejor: La escena de la cárcel después de que Sakie haya aportado una nueva luz sobre el caso. El juego de cámaras, los interrogantes que siembra en el espectador, la brillante actuación de los dos actores... la convierten en una de las más subyugantes de todo el largometraje. 
Lo peor: un inicio un tanto confuso que puede llegar a despistar al espectador.



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