FICHA TÉCNICA
Título original: Handia. Año: 2017. Nacionalidad: Euskal Herria. Directores: Aitor Arregi, Jon Garaño. Actores: Ramón Agirre, Iñigo Aranburu, Iñigo Azpitarte, Aia Kruse, Eneko Sagardoy, Joseba Usabiaga. Guionistas: Aitor Arregi, Andoni de Carlos, Jon Garaño, Jose Mari Goenaga. Música: Pascal Gaigne. Producción: Irusoin, Kowalski Films, Moriarti Produkzioak. Género: Drama. Duración: 105 min. Calificación por edades: para mayores de 12 años. Fecha de estreno: 20/10/2017
SINOPSIS
Tras haber luchado en la Primera Guerra Carlista, Martín vuelve a su caserío familiar en Gipuzkoa y allí descubre con sorpresa que su hermano menor, Joaquín, es mucho más alto de lo normal.
Convencido de que todo el mundo querrá pagar por ver al hombre más grande sobre la Tierra, ambos hermanos se embarcan en un largo viaje por Europa en el que la ambición, el dinero y la fama cambiarán para siempre el destino de la familia.
CRÍTICA
Que se pueda ver un largometraje en una lengua peninsular distinta del castellano en el centro de Madrid es algo que no sucede todos los días. Que el día del preestreno haya dos salas de cine llenas casi hasta la bandera para ver una película vasca en Madrid es algo de lo que no sé si hay precedente siquiera. Pero si uno tiene en cuenta que detrás de ella están Jon Garaño, Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga, capaces de hacer que una película en euskera y rodada sin apenas medios sea nominada a los Goya y candidata a los Oscar, se entiende mucho mejor.
Handia poco tiene que ver argumentalmente con su predecesora, pero el listón de calidad sigue estando a la misma altura. Esta vez el equipo técnico ha querido llevar a escena una historia basada en hechos reales: las complicadas relaciones entre Miguel Joaquín Eleicegui, más conocido como el gigante de Altzo -un guipuzcoano que aquejado de acromegalia llegó a convertirse en uno de los hombres más grandes de su época, con 242 metros de altura y 203 kilos de peso- y de Martín, quien tras volver de la Primera Guerra Carlista, no tuvo pudor en separar a su hermano de la felicidad que vivía en su pequeño pueblo y explotarlo comercialmente, exhibiéndolo en espectáculos frikis de media Europa.
Sin embargo, al igual que Loreak, Handia es capaz de dejar multitud de preguntas en la mente del espectador: ¿se pueden detener los cambios? ¿Podemos permitirnos cambiar a cualquier precio? ¿Nuestra ambición, nuestras ganas de crecer cada vez más no estarán condenando a alguien más al sufrimiento, en el caso de las relaciones de Martín y Joaquín? Y toda esta trama envuelta en los bellos parajes del País Vasco y en la música de Paul Gaigne.
Todo lo dicho anteriormente no significa que sea una película perfecta. Como todas, tiene fallos: algunas escenas demasiado grotescas, alguna irregularidad en el ritmo narrativo... Pero que un filme con unas limitaciones presupuestarias de una cinta en euskera sea tan digna y hermosa como esta, no deja de ser merecedor de admiración. En definitiva, Handia es una excelente obra independientemente de su lengua que supone un paso de gigante para el cine vasco.
Lo mejor: El conjunto de todos los elementos. Es una película llena de encanto.
Lo peor: La escena de la reina. Es cierto que es verosímil; es verdad que la explicación de Jon Garaño sobre ella es muy convincente, pero resulta incómoda.
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