FICHA TÉCNICA
Título original: El mar nos mira de lejos. Año: 2017.
Nacionalidad: España. Director: Manuel Muñoz Rivas. Fotografía: Mauro Herce. Música: Joaquín Pachón. Producción: Azhar Media, CTM Docs, El
viaje Films, 59 en conserva. Género:
documental / cine experimental. Duración:
93 min. Calificación por edades:
Pendiente de calificar. Fecha de
estreno: 19/01/2018.
SINOPSIS
Entre el documental y la ficción, la leyenda de
una antigua y olvidada civilización yace enterrada bajo grandes extensiones de
dunas en el sur de España. Desde hace algo más de un siglo, varios viajeros han
llegado hasta ese recóndito territorio buscando las huellas de antiguos
pobladores, tal vez los restos de una ciudad sepultada por las arenas, o acaso
una suerte de utopía extraviada. Ignorantes de esos mitos y de las ilusiones
románticas de arqueólogos y aventureros, unos pocos hombres, apenas visibles
entre los arenales, habitan hoy en soledad ese lugar frente al mar.
CRÍTICA
El mar nos mira de lejos es
la ópera prima de Manuel Muñoz Rivas, aunque algunos de sus rasgos formales y
estéticos, así como su mirada poética pueden resultar familiares para los
espectadores que hayan visto películas como Arraianos
(Eloy Enciso), Slimane (José A.
Alayón) o Dead slow ahead (Mauro
Herce), puesto que todos estos cineastas se formaron juntos en la EICTV de San
Antonio de los Baños (Cuba), son colaboradores habituales -intercambiando los roles-
en las mismas películas y conforman una “familia creativa”.
El mar nos mira de lejos
es una película complicada, no apta para todos los públicos. No es una cinta
que busque atrapar al espectador; más bien parece que quisiera repelerlo
mediante un ritmo narrativo excesivamente lento, largos silencios y un
argumento que se cuenta casi en exclusiva por la sucesión de imágenes, dejando
un arduo trabajo para la mente de quien la contempla.
Sin
embargo, quien consiga mantener su mirada fija en la pantalla, se verá
recompensado. Esa velocidad narrativa nos irá introduciendo poco a poco, casi
sin darnos cuenta, en un mundo visual repleto de poesía.
El
centro geográfico de ese universo se ubica en Doñana, en sus dunas y también en
sus playas vírgenes. Entre esos parajes por donde casi nunca pasa nadie, con la
excepción de algunos turistas o los peregrinos de la romería del Rocío, aún
perviven algunas personas solitarias, últimos representantes de unos estilos de
vida al borde de la extinción.
Las
actuales imágenes en color contrastan con fotos en blanco y negro que nos
llevan a tiempos pasados, a épocas en las cuáles los modos de vida que hoy
languidecen eran la forma de vivir mayoritaria.
Por
otra parte, las alusiones que se hacen en la película a los expedicionarios que
han tratado de encontrar Tartessos, aún sin éxito, nos lleva a plantearnos
cuánto quedará de esos mundos a punto de desaparecer; si, para los habitantes
del futuro, no serán también leyendas imposibles de demostrar.
En
definitiva, El mar nos mira de lejos
es una película dura, reservada para un público minoritario puesto que exige
mucho trabajo por parte del público; pero, precisamente por ello y gracias a
una espectacular poética de la imagen, se convierte en una película difícil de
olvidar.
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