martes, 30 de enero de 2018

LA LIBRERÍA, GRAN GANADORA DE LA 73º EDICIÓN DE ENTREGA DE MEDALLAS DEL CEC

Alfonso Sánchez y Alberto López, Los Compadres, los presentadores de la gala [Foto de Elena del Pozo]


Ayer por la tarde tuvo lugar en el Palacio de la Prensa de Madrid la 73º edición de entrega de medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC), las cuáles están consideradas como uno de los premios con “más prestigio, pero con menos dinero” del cine español.
Patrocinada por Fundación Bancaria La Caixa, AISGE y Super 8, fue una gala ágil, sencilla y llena del buen humor que supieron imprimirle Alfonso Sánchez y Alberto López, siguiendo el guion escrito por Juan Luis Sánchez, secretario del CEC; pero no por ello dejaron de tirar alguna pullita. La primera estuvo dirigida a los Premios Feroz, celebrados pocos días antes, y a su intento fallido de visibilizar a las mujeres convirtiéndolas en entregadoras de todos los premios. Los Compadres, recogiendo el hilo que lanzaron varias actrices aquel día, sugerían que para próximas ediciones los azafatos sean los hombres y las presentadoras las mujeres, para poder darles así, realmente, el papel prominente deseado.
Tras la reivindicación feminista, se entregó el primer premio de la tarde: la Medalla CEC a la mejor música original. El galardón fue a parar a manos de Pascal Gaigne, compositor de la banda sonora de Handia. No fue el único premio que recibió la película vasca, la cual estaba nominada en seis categorías (Mejor película, Mejor director, Mejor actor revelación, Mejor guion original, Mejor montaje y Mejor música original) pero el siguiente premio tardaría en llegar. Lo recibiría a mediados de la fiesta Eneko Sagardoy de manos de Eva García Vacas. 


Eneko Sagardoy posa con su Medalla al mejor actor revelación. [Foto de Elena del Pozo]

Carla Simón subiría dos veces al escenario. La primera sería para recoger la medalla que la acreditaba como mejor guionista original, algo que le haría especial ilusión porque “se tarda más en escribir un guion que en rodar una película” y se sentía feliz de que tanto esfuerzo se viera recompensado. Su segunda aparición tuvo lugar cuando la nombraron mejor directora novel; lo hizo deseando a todos sus compañeros debutantes nuevas oportunidades para seguir rodando.  Desde luego, dos premios no están nada mal para comenzar una carrera, aunque puede que le supieran a poco si se tiene en cuenta que era uno de los largometrajes con mayor número de nominaciones, con un total de siete (Mejor película, Mejor dirección revelación, Mejor actor secundario, Mejor actriz secundaria (2), Mejor guion original y Mejor montaje).
La que sí consiguió casi todos los premios a los que estaba nominada, convirtiéndose así en la gran triunfadora de la noche, fue La librería, para sorpresa de Isabel Coixet, quien, con un gran ojo clínico, pensaba que no iba a conseguir las medallas a las que su obra estaba nominada, así que les dijo a sus compañeros que no fueran a la gala, privando así a Jean-Claude Larrieu y Bill Nighy de recoger sus medallas a la mejor fotografía y al mejor actor secundario respectivamente. Ella, en cambio, sí pudo recoger sus galardones al Mejor guion adaptado, Mejor película y Mejor dirección -después de 14 películas, como recordaba en un tono entre la broma y el reproche-. Únicamente se le escaparon las nominaciones a Mejor actriz, Mejor montaje -que fue para Martín Roca por Verónica- y Mejor música original.


Isabel Coixet, la gran ganadora de la gala. [Foto de Elena del Pozo]

Los premios para las actuaciones femeninas fueron para Lola Dueñas (Mejor actriz secundaria) y Nathalie Poza (Mejor actriz) por No sé decir adiós y Sandra Escacena (Mejor actriz revelación), quien “veía tanto Verano” que no se lo podía creer.
Muchos hijos, un mono y un castillo de Gustavo Salmerón logró la Medalla al mejor documental; pero quien de verdad recibió un premio fueron los espectadores al escuchar cómo la madre del cineasta agradecía el galardón con tal gracia y salero que se metió a la mitad del público en el bolsillo y la otra mitad se postró a sus pies. Los presentadores no pudieron menos que despedirla con un “qué cosa más grande. Olé, olé, olé”, mientras que una de las vocales del CEC añadía: “yo creo que el año que viene tiene que presentar la gala la madre de Gustavo Salmerón”.



Gustavo Salerón y su madre recogiendo la medalla a Mejor documental, que fue capaz de seducir a todo el público[Foto de Elena del Pozo]

La medalla a mejor película de animación fue otorgada a Tadeo Jones II: El secreto del rey Midas mientras que La la land. La ciudad de las estrellas fue condecorada como “Mejor película extranjera”.
La cara amarga de la gala la vivieron El autor, que partía con ocho nominaciones y únicamente recibió la de Javier Gutiérrez como mejor actor y La llamada y Abracadabra, que partían con cinco y cuatro nominaciones respectivamente pero no se llevaron ninguna.
Fuera de concurso se otorgaron diversos premios honoríficos. Adolfo Blanco le entregó la medalla a la labor de promoción del cine a su maestro Primitivo Rodríguez. Teresa Ekobo resaltó la dignificación de la profesión que realizan todas las semanas Yolanda Flores y su equipo, al elaborar el programa “De película”. Notorius Ediciones fueron premiados con la medalla a la labor literaria por la enorme calidad de sus colecciones de cine. Al documental Los demás días, de Carlos Agulló, le otorgaron la primera Medalla a la solidaridad. Por último, la Medalla Honorífica fue para Assumpta Serna por toda su trayectoria, la cual señalaba que “esta medalla llega en un momento muy dulce” y que “lo bonito en la vida es hacer las cosas juntos y, eso, por fortuna, aún es posible en el cine”. Además, durante la ceremonia hubo tiempo para recordar a personas relacionadas con el cine que nos dejaron para siempre en el año 2017, entre ellos, Chiquito de la Calzada, Terele Pávez y Federico Luppi.


Ganadores del primer Premio Solidaridad por Los demás días Foto de Elena del Pozo]

La ceremonia como tal terminó con alguna crítica a los políticos, aunque como “no es una gala supervisada, no hay [había] políticos”, decían Los Compadres, recriminando así la falta de apoyo.
A finalizar la entrega de premios y realizada la consabida foto de familia, se proyectó el largometraje El insulto, nominada a los Oscar como Mejor Película de Habla no inglesa; una película enormemente densa que refleja los conflictos entre árabes y cristianos en Líbano. 

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